martes, 10 de marzo de 2009


Dulce sirena

Carga grande se vuelve contigo
lo que Dios me ha dado,
corazón de poeta apasionado.
Siendo tú sirena, me atraes enamorado.

Tu encanto es tu ausencia y ternura,
tus ojos oscuros, el universo en que miro;
tus cabellos negros, deseos de mis manos;
tu pecho el amor mío.
El tiempo avanza y te escribo,
con lo que queda de mi corazón perdido;
la poesía aflora del alma mía,
y allí apareces nuevamente, dulce sirena.

Te contemplo como la mar serena,
en calma, fija te observo;
lástima que siempre vienes y te marchas,
como neblina ¡y aún te quiero!!!!